El pettirosso (petirrojo) se puede encontrar por todas partes en los bosques que ahora miran a la Valtellina, que antaño estaba cubierta de viñedos mucho más arriba. Los petirrojos rara vez entran en la bodega, pero aquel día entró uno y se posó en un viejo barril de madera, como advirtiéndonos de algo. Unos días después, mientras cataba el vino, Isabella se dio cuenta de que había una ligera fuga de una de las duelas de acacia.
El vino parecía estar listo para ser embotellado, pero desgraciadamente había que cambiar la barrica. No había suficiente para justificar una nueva etiqueta, así que ella y Emanuele eligieron unas cuantas barricas de ese 97 -las más maduras- y se convirtió en Il Pettirosso.
Arturo diseñó las primeras etiquetas y, para continuar con la tradición familiar, Isabella pidió a su marido Enrico que lo hiciera, en vista del éxito de la primera: el Rosso di Valtellina.
En algunas veladas especiales, Il Pettirosso acude a cenar a las terrazas sobre Sondrio, gorjeando alegremente. Sólo en el caso de algunas añadas, nuestras catas en bodega nos sugieren elaborar un Valtellina Superiore como expresión unánime de las tres zonas centrales de la DOCG.
La maceración y la crianza se deciden sobre la marcha, casi como un actor que improvisa el argumento de una obra de teatro. Parece que la trama escrita por Arturo proporciona el terreno perfecto para construir los vinos del mañana.
Variedad de uva: Chiavennasca (Nebbiolo)
Viñedo con hierba – Exposición sur – Altitud 400/550 m
Cosecha: 9 de octubre de 2017 – Rendimiento 45 hl / ha
Maceración: 116 días en cubas de madera 50 hl
Envejecimiento: 12 meses en barricas grandes 50 HL, acero inoxidable, botella
Botellas producidas: 22.625 (0,75 l) – 262 (1,50 l) – 46 (3,00 l)
L19 248
Alcohol: 13,5% vol
Servir a 15°C en copa de Nebbiolo
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