Descripción
La historia de las Bodegas La Inglesa (o Lagar La Inglesa, como suele llamarse) está estrechamente ligada a la familia Alvear. El nombre hace referencia a Luisa Rebecca Ward, la segunda esposa de Don Diego de Alvear y Ponce de León. Construyó un palacio neoclásico en el campo de Montilla (1807), rodeado de sus viñedos. Los lugareños conocían a su esposa como La Inglesa, y este nombre se trasladó a la mansión. Durante muchos años el lugar sirvió como sede de la bodega Alvear y también albergó los vinos para el consumo familiar.
La mansión se incendió a finales del siglo XIX y fue reconstruida por su nieto Francisco de Alvear. Aunque su intención era vender la finca tras heredarla, la llegada a Montilla le hizo cambiar de opinión. Se enamoró del campo y de la viticultura de la zona. En esa época la plaga de la filoxera se extendió rápidamente por lo que el valor de sus tierras bajó mucho de todas formas.
Fue el responsable de la difusión de la uva Pedro Ximénez en la zona. Aunque ya estaba plantada antes de la filoxera, él provocó un aumento exponencial de esta uva, que es ahora la seña de identidad de Montilla-Moriles. En cierta medida, también fue responsable de la fama actual de la región. Como no sabía mucho de viticultura, atrajo a Juan Rodríguez, un respetado capataz de Jerez, que introdujo el sistema de solera en la región de Montilla – Moriles.